Unidas Podemos presume de democracia interna. Por eso, a pesar de que cuando Pablo Iglesias decidió dejar la política señaló como su sucesora a Ione Belarra, la formación decidió montar un paripé de primarias. Por supuesto que la ministra de Derechos Sociales arrasó en las urnas con casi el 90% de respaldo. Poco importa que no votaran ni la mitad de los inscritos, aunque tal vez no lo hicieran porque tenían muy claro que el guión estaba escrito y no había lugar posible a sorpresas de última hora. Está claro que la sombra de Iglesias, hasta sin coleta, sigue siendo alargada.