la cumbre del clima –oh, sorpresa– no ha servido para prácticamente nada. Dos semanas de conferencias, análisis, reuniones a alto nivel y muchas, muchas declaraciones de intenciones para concluir que los países van a estudiar la manera de afrontar el cambio climático de forma más decidida. O sea, eso de tenemos que reunirnos para ver cuándo quedamos. Pero no todo es un desastre. Aunque no se haya conseguido ningún avance significativo, los participantes están muy contentos con la organización por parte de España. Otra cosa no, pero de saraos aquí sabemos bastante. FOTO: una rueda de prensa de la cumbre | efe