Los de ERC andan comentando a todo aquel que les quiera oír que tienen acongojado a Pedro Sánchez. Se sienten poderosos y consideran que a cambio de la investidura van a conseguir poco menos que la independencia y una declaración jurada de que el Cid era de Granollers, justo al lado de donde nació Colón. Están felices y amagan con retrasar la formación de Gobierno más allá de la Navidad, que es lo que Sánchez quisiera, por eso de no comer el turrón en La Moncloa sintiéndose un poco okupa. Pero hete aquí que en el tablero de la investidura acaba de aparecer Inés Arrimadas, la misma que le ganó las últimas elecciones catalanas a los secesionistas y le ha planteado una reunión a tres a Sánchez. Se trata de que los constitucionalistas hagan frente al desvarío pedichón de los independentistas y, lo peor (para ERC, claro) es que Sánchez ha comprado la moto, bueno, al menos a medias. Se reunirá con Arrimadas en los próximos días y, quién sabe, lo mismo las dotes de persuasión de la lideresa de los naranjas logran que Sánchez se caiga del guindo en el que habita desde hace tiempo. Ines arrimadas, en el parlament | aec