EL mundo del cava se convulsionó en el mes de marzo, cuando Freixenet, una de las joyas de la corona de Cataluña –¡vaya paradoxo!, ¡una corona en una república!– pasó a ser propiedad de la empresa Henkell. Del España nos roba se pasó al Alemania nos roba. Pero ahora también a los americanos les da por la mangancia y el fondo inversor estadounidense The Carlyle Group se ha hecho con el control de Codroniú. Veremos que ocurre en navidades, porque igual la Merkel hace de burbuja y el cava sabe a bourbon. Habrá que esperar unos meses. ¡Que impaciencia! FOTO: una barrica de la nueva empresa americana | aec