EL todopoderoso Caballero, don Abel, ya puede volver a montar el súper trampolín acuático de 130 metros de longitud que durante el verano ocupó la calle Colón y recrear escenas de “Escuela de sirenas”. Hasta el domingo andaba a pedradas con la Xunta a cuenta del agua, que, era poca y, al parecer, de malísima calidad, tanto que los vigueses casi tenían que asearse con Fontecelta. El paso de “Ana” arregló el problema y el alcalde botó foguetes: “La sequía se acabó, estamos a punto de entrar en el nivel máximo de llenado en Eiras” (el embalse del que se surte la ciudad). Solo le faltó proclamar que todo era gracia a él, pero seguro que lo pensó. FOTO: caballero se autoaplaude | aec