LA fashionista Carmen Lomana es la encarnación de las buenas maneras. Incluso a Jaime Peñafiel, el único hombre del mundo capaz de encontrar un defecto en una persona que para todos es modélica, le sería difícil descubrirle una tara. Sin embargo, la relación que mantuvo –fuese del tipo que fuese– con Monedero –qué gran apellido para alguien que sufre episodios de amnesia cuando tiene que hacer frente a sus obligaciones tributarias– debe provocar efectos secundarios, porque Lomana se ha desbocado. También puede ser una consecuencia diferida de aquella vez en que fue candidata de VOX al Senado. Lo de menos es el motivo de su comportamiento, lo importante es su mensaje: “Quiero ser alcaldesa de Madrid”. Ella alcaldesa; Agatha Ruiz de la Prada confesó hace unos días que soñaba con ser concejala de Medio Ambiente... ya solo falta que Ana García Obregón desee llevar Cultura. Que se vaya preparando la abuela Carmena. FOTO: carmen lomana, con un look de gran alcaldesa | aec