dice el ministro de Universidades, que tiene pinta de ser un tipo peculiar, que “lo de tocarse a los estudiantes les va muy bien”. Se entiende que es entre ellos, por aquello del contacto humano tan beneficioso para la formación de seres sociales. Lo de la autoexploración y el amor a uno mismo también son frecuentes en edad universitaria, pero no parece que tengan mucho que ver con la defensa de la docencia presencial, que es de lo que hablaba Manuel Castells en el Senado. Lástima que en el nuevo curso el roce sea actividad de riesgo y las clases tengan que estar medio vacías. FOTO: manuel castells, en el senado | aec