Hay que ver la mutación de principios tan rápida que han sufrido algunos recién llegados al poder. Tal vez el caso más llamativo es el del ministro de Universidades, Manuel Castells, defensor a ultranza de la libertad de expresión y de la neutralidad en las redes que, de golpe y porrazo, coincidiendo con su llegada a la mesa del Consejo de Ministros, pasa a considerar que hay que intervenir las redes sociales donde, según él, funcionan maliciosos robots trabajando en apoyo de la derecha más casposa que no hacen más que denigrar a los siempre maravillosos progresistas. Vamos camino de la censura previa. FOTO: manuel castells | aec