Que Donald Trump no es precisamente un erudito lo sabemos todos, pero las cotas de simpleza a las que está llegando son como para pensar que hay algo más detrás. Una lesión, un deterioro, un algo que explique sus salidas de pata de banco. O igual es que es un humorista incomprendido y todo forma parte de su espectáculo. El caso es que, viendo cómo se lucha contra el virus en el aire o en una superficie, se le ha ocurrido que sería buena idea golpear el cuerpo humano con una luz ultravioleta o inyectarle desinfectante. Lo que limpia las aceras tiene que dejar las células como los chorros del oro. Lo peor es que se ve que no es el único iluminado del lugar y el servicio de emergencias de Washington, ante la que se les podía venir encima, ha tenido que publicar este mensaje: “Por favor, no coman pastillas de detergente ni se inyecten ningún tipo de desinfectante”. FOTO: donald trump, científico