los ultras de los equipos rusos abandonan los estadios en protesta por la agresividad de la Policía. Y no es 28 de diciembre, así que suponemos que la noticia no es una broma. Resulta que los radicales del Spartak denuncian que los agentes tienen la mano muy suelta y los del Dinamo, el Zenit, el Lokomotiv o el CSKA lo secundan. “Animar a nuestros equipos no es un delito”, dicen con cara de perrillo abandonado. Angelitos. El delito es la pelea multitudinaria, el vandalismo callejero, los destrozos en los bares o el ataque a los mismos policías que se ponen violentos. A ver si va a ser que nadie se lo había explicado hasta ahora…. FOTO: ultras rusos, haciéndose caricias