DE cierto entrenador se dijo siempre que de no haberse inventado el fútbol se habría pasado la vida cuidando vacas y sachando patacas. ¿Qué hubiese sido de Sergio Ramos? Por Andalucía se llevan más los toros y las aceitunas, así que podría haber acabado de banderillero o vareando olivos. Pero desde pequeño mostró soltura dándole patadas al balón –casi tanta como a los contrarios– y llegó hasta el Madrid. Sin embargo, a veces demuestra que no todo es violencia, que también tiene su corazoncito y hace confesiones del tipo: “Si Iniesta se llamase Andresinho, ya tendría dos balones de oro”. Patadón a France Football con toda la razón. FOTO: ramos e iniesta | aec