a Boris Johnson se le acaban las ideas para intentar contener la expansión del coronavirus. Se comprometió a mantener abiertas las oficinas y los centros educativos, así que solo le queda actuar sobre la hostelería y la vida social de los británicos. Su nuevo plan es dividir el país en tres fases, según la incidencia del virus. En el último nivel se prohibirá el contacto con personas con las que no se conviva, se cerrarán gimnasios y pubs, se prohibirá pernoctar a cualquier visitante de otras áreas del país y se impondrá un toque de queda. La cosa es seria. FOTO: el primer ministro británico, boris johnson | efe