EL papa Francisco apacienta a su rebaño con mimo para conducirlo hacia la santidad. Lógico, pues para eso inspiró el Espíritu Santo a los cardenales su elección. El pontífice lo sabe y lo demuestra de palabra y por escrito. Así acaba de hacerlo al publicar una carta en la que invita a los católicos a redescubrir la llamada a la santidad en el mundo actual. Qué pena que ese documento no se le haya ocurrido hace unos años; al expárroco de Ribadeo y Taboada le hubiese venido muy bien atender los consejos del santo padre. Se hubiese librado del peligro de cuatro años de cárcel que lo amenaza por la desaparición de piezas de varias iglesias. FOTO: el papa, un poco enfadado | aec