Cada vez que pueden, los mareantes coruñeses hinchan pecho y sacan a relucir la renta social municipal como el gran logro de su labor al frente de María Pita. Y sin lugar a dudas que así debe ser, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de recursos que le han dedicado y, sobre todo teniendo en cuenta que no hay ningún otro logro, ningún otro trabajo al que echar mano para justificar los más de tres años que llevan cobrando unos magros sueldos. Sin embargo, lo que callan siempre es el minúsculo número de beneficiarios de esa renta social. Las previsiones hablaban de que atendería a unas mil personas. Es evidente que en la ciudad hay más gente que pasa por problemas, pero ese fue el límite que se fijaron los mareantes y, la verdad, es que ni tan siquiera así son capaces de acercarse al objetivo que ellos se marcaron. Actualmente solo son doscientas las personas que la perciben. Es cierto que para ellas será todo un éxito, pero también es verdad que se trata de una cifra ridícula que no hace más que demostrar que el sistema está mal diseñado y peor ejecutado. FOTO: Silvia Cameán, concejala de justicia social | aec