Si hasta Jesús dijo aquello de: “A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”. ¿Qué problema habrá en que Pedro Sánchez, socialista de toda la vida, mantenga una pensión privada en la que cuenta con 85.000 euros mientras defiende las públicas y acusa al Gobierno de prentender que los españoles se pasen el sector privado? Es de suponer que Sánchez, que en tiempos mozos fue baloncestista, sepa muy bien que la vida de los políticos puede ser tan corta como la de los deportistas y por eso no dudó en garantizarse su futuro encomendando sus ahorros al demonio. Además, volviendo al refranero, una cosa es predicar, y otra dar trigo. FOTO: Pedro sánchez | aec