RITA Maestre, la mujer que confunde desnudarse ante Dios con irrumpir en una capilla con los pechos al aire, tampoco tiene muy claro cómo llegar a donde quiere, es decir, a mantener el chollo en el Ayuntamiento de Madrid. Cuando se enteró de que la abuela Carmena formaría su lista de acuerdo con el principio de la dactilocracia, es decir, del dedazo, pensó que tenía el puesto asegurado y decidió no presentarse a las primarias de Podemos. La reacción de la cúpula del partido fue inmediata, la presionaron y la portavoz municipal reculó y se matriculó en el proceso interno. ¡Que blandita! Aunque también puede ser que rectificase al saber que la alcaldesa quiere “liderar un equipo con lo mejor de la sociedad”, porque con esa condición es difícil, muy difícil, que le reserva una plaza en la candidatura. FOTO: rita maestre, muerta de risa | aec