ese tren del color de la pintura que estaba de oferta –como las casas moradas y verde radiactivo que uno se encuentra por el rural gallego– hará el trayecto entre Madrid y Barcelona por diez euros. El AVE low cost ya es una realidad para los afortunados que viven en territorios en los que las comunicaciones ferroviarias no son una eterna promesa. O un cuento chino. Qué mal repartido está el mundo: unos pueden elegir entre la versión original, con restaurante y acabado en blanco, y la opción pop fucsia, con máquinas expendedoras y a otros, por aquí nos toca seguir esperando. FOTO: el tren avlo | efe