LA pseudopeletera Silvia Cameán, musa del sector pijo de la Marea, nasía pa’ganá, no sale de una y se mete en otra. Depositaria del mayor secreto de María Pita: el de las medras. Xulio Ferreiro, el Varoufakis de A Gaiteira, le regaló en su día todo el protagonismo de la presentación de la renta social y ella montó una performance que incluía un atril del que colgaba un cartel con la leyenda “Renda social municipal”, subtítulada: “Unha ferramenta para medrar”. Se suscitó entonces aquella pregunta una y trina a la que nadie contestó: ¿Para medrar ella, para medrar la Marea, o para medrar los beneficiarios de la ayuda? En solo unas semanas se supo que la última posibilidad no era la correcta. Sobre las otras dos siguen persistiendo las dudas. Y más ahora que se ha sabido que el interventor del Ayuntamiento ha alertado de que la ordenanza que la regula –a la renta, no a ella, ¡eh!– es confusa. Anda que como se la tumben... Aunque en el fondo aún saldría ganando, pues se evitaría el ridículo que hace cada poco tiempo al presentar el balance de las ayudas concedidas. FOTO: silvia cameán, abrigadita para que no le coja el frío durante un pleno municipal | aec