la concejala de Bienestar Vegetal, María García, biotopo pata negra, sufre un desarreglo del comportamiento que es justo el contrario al síndrome de Diógenes. A ella no le gusta acumular basura en su casa, sino que le encanta que esté espallada pola Coruña adiante. Así, un día puede reconocer que sí, que las calles están un poco sucias y unas semanas más tarde asegurar que la ciudad brilla como una patena y que eso de las moreas de lixo es un invento de los medios de comunicación. Si hablasen, las ratas agradecerían a los periodistas sus alucinaciones, pues les permiten crecer y multiplicarse como si su empeño fuese cumplir en mandato bíblico. Pero los roedores no hablan, todo lo contrario que los dirigentes del Sindicato de Trabajadores de la Limpieza, quienes preparan una denuncia contra la concejala por prevaricación y tráfico de influencias, ya que, al parecer, contrató a empresas privadas para trabajos de limpieza que tendría que realizar Cespa, la concesionaria municipal. Mal panorama, pues. ¡Qué raro, verdad, que un mareante se vea en una situación así! FOTO: maría garcía gesticula como si se despidiese | aec