en los tiempos que corren, no es normal encontrar elogios entre políticos de distintos bandos, sobre todo si no son socios de Gobierno. Curiosamente, entre el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, y el Gobierno central existen en algunos temas una especie de idilio que les lleva a unos y otros a lanzarse flores. Así, durante la pandemia, Salvador Illa no dudó en destacar el gran trabajo que estaban realizando Galicia y la Xunta para frenar la expansión del coronavirus. Ahora es Feijóo al que no le duelen prendas a la hora de admitir que el Gobierno está trabajando con rigor por la venta de Alcoa. Incluso, como si le hubiera entrado el virus del marxismo, el presidente autonómico va más allá y no descarta que se produzca una intervención de la planta, que sería nacionalizada hasta encontrar un comprador. Está claro que en tiempos de crisis, lo que menos tiene que importar es el color político y, en una situación como la que atraviesa la factoría de San Cibrao, lo único auténticamente crucial es salvar los puestos de trabajo. Foto: Representantes del comité de empresa de alcoa, en una protesta | aec