La Diputación de Teruel ha denunciado la realización de lo que parecen prácticas satánicas en un antiguo hospicio abandonado desde hace décadas. Que, puestos a elegir ubicación para semejantes actividades, suena bastante bien. La preocupación de la Administración provincial es que el deteriorado estado del edificio hace que resulte peligroso entrar en él, por eso ha decidido tapiarlo y evitar que sigan entrando los que creen que son jóvenes ritualistas. Igual tener en la ciudad un grupo de adoradores del diablo también debería inquietar un poco a las autoridades. Siempre que sean eso y no meros bromistas. FOTO: un símbolo satánico | aec