al final, como no podía ser de otro modo, el voto emigrante le ha dado una alegría al PPdeG, que ve cómo se va hasta los 42 diputados para la próxima legislatura, mientras que los socialistas ven mermada su pírrica victoria y Caballero pasa a igualar los resultados de Leiceaga, con 14 escaños. No hace falta tener una gran memoria para saber que aquel resultado le valió al anterior candidato un retiro dorado en Madrid que el propio Gonzalo Caballero se encargó de gestionarle. Sin embargo, ahora, el secretario general de los socialistas gallegos se aferra al cargo y pide tiempo para forjar, desde la oposición, una alternativa a Feijóo. Justo lo que él no le concedió a su antecesor y que, por el runrún que se empieza a escuchar, del que él tampoco va a disfrutar. De los primeros en alzar la voz es Xosé Sánchez Bugallo, que desde la fuerza que da el ser alcalde de Santiago, pide autocrítica y reflexión. Falta por saber qué harán los otros barones de la formación y, sobre todo lo que Abel Caballero decidirá sobre el futuro de su sobrino. Sabido es que no se llevan demasiado bien. Así que cualquier cosa puede pasar en un partido que, ahora mismo, está deshecho en mil facciones. FOTO: los dos caballero, frente a frente | aec