Al deportivismo se le ha agotado la paciencia y, como para cada crisis hay que buscar a un responsable, ha decidido repartir culpas por el desastre entre la actual junta, el anterior presidente y el director deportivo. Los jugadores también se llevan lo suyo, pero menos. Esta vez, sin la cobardía y la falta de elegancia que demostraron los autores de las pintadas de hace unos días, unos trescientos seguidores se han echado a la calle para gritar ante la sede del club que a falta de puntos que garanticen la permanencia se conforman con dimisiones. Será por aquello de tener una victoria…. FOTO: el mensaje de la afición, claro | quintana