¿quién lo iba a decir?, decenas de miles de años de evolución para que, al final, el hombre opte por comunicarse a través de autobuses. Menos mal que los podemitas pasaban por ser el partido 3.0. Al final, parece que la tontería se ha adueñado de su coletudo líder, que ha destinado una nada despreciable cantidad de dinero público a montar lo que han bautizado como “tramabús”. Al más puro estido del de “Hazte oir” que aclaraba dudas sobre penes y vulvas, Podemos ha querido hacer lo mismo, mezclando churras con merinas y poniendo como adalides de la corrupción a un buen número de ciudadanos sobre los que no pesa ninguna sentencia condenatoria. La mera sospecha es suficiente para estos adalides del escarnio público, cuando el mal afecta a otros. FOTO: Iglesias, contentísimo con su tramabús | efe