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miércoles | 24 abril | 2024
De las 128 entidades con las que el Banco de Alimentos Rías Altas –Balrial– colabora, un total de 34 se sitúan en Ferrolterra. La ciudad naval es la que más beneficiarios tiene de este servicio provincial, con un total de 24 entidades –muchas de ellas Cáritas y parroquias pero también asociaciones laicas que ayudan a personas necesitadas–, seguida de Narón, con seis asociaciones, dos en Pontedeume y una en Cariño y Cedeira.
El año pasado, el Banco Balrial entregó más de 2.100.000 kilogramos de alimentos en su ámbito de actuación, de los que unos 400.000 fueron a parar a las asociaciones de Ferrolterra, que se encargan después de repartir las donaciones entre las familias necesitadas.
El pasado año se aportaron unos 400.000 kilos de comida a distintas asociaciones de la ciudad y su comarca
El funcionamiento del Banco de Alimentos, como explica su secretario Gonzalo Romero Mengotti, es como el de una empresa pero atendida por voluntarios, unos 50 en total en la zonas de actuación –A Coruña norte y Santiago, aunque la primera es la que supone el 75% del trabajo–. Una vez que en el banco se reúnen los suficientes alimentos, se ponen en contacto con las asociaciones que requieren de sus servicios y cumplen los requisitos para ser atendidos y se les envían los paquetes de alimentos. El trabajo continuo con las entidades hace que ya sepan qué tipo de productos requieren cada una, ya que no es los mismo, indica el secretario de la entidad, atender a una parroquia o a unas monjas que dan alimentos a niños que a centros que trabajan con mayores, porque los alimentos que más necesitan son diferentes. La cantidad de productos que se donan a cada asociación se reparte teniendo en cuenta el número de usuarios a los que presta servicio. En Ferrol, Gonzalo Romero destaca que Dignidad es una de las que más ayuda recibe porque atiende a un mayor número de personas necesitadas.
La crisis ha recortado las ayudas europeas y aumentado la solidaridad individual
También se dirigen a Balrial a diario muchos particulares. En este caso, el banco los remite a la entidad más próxima a su residencia con el fin de que sea a través de esta como se gestionen las donaciones.
La crisis se ha notado en los Bancos de Alimentos de una forma notable. Tanto en el número de entidades que requieren sus servicios –se ha pasado de 112 a 127– como en los beneficiarios de cada asociación –de 20.000 personas se ha subido a 23.000–. Pero los recortes llegan también a las ayudas europeas. En este sentido, Romero destaca que el año pasado se han conseguido los mismos kilos de alimentos que en 2011 pero con la diferencia de que ha habido menos ayuda europea. \“Ha sido la solidaridad de personas particulares la que ha incrementado en un 12,5% la cantidad de alimentos conseguida\”, explica.
Los productos se distribuyen según el número de usuarios de cada entidad
Y es que las \“operaciones kilo\” han sido una constante en el último año en empresas y grupos de amigos. Desde el Banco de Alimentos inciden en que muchos empleados tienen compañeros afectados por EREs o despidos y apuestan por campañas de ayuda, porque saben que hay mucha gente necesitada.
De hecho, las colectas particulares han hecho este año una labor fundamental en el Banco de A Coruña.
