Como tiene pinta de que nuestra dependencia de los móviles no va a ir a mejor, las empresas tecnológicas buscan la forma de hacernos la vida más fácil. Y evitar, por ejemplo, que nos atropellen cuando cruzamos sin mirar porque vamos atentos a la pantalla. Para eso han inventado un tercero ojo robótico que se pega en la frente, se activa al llevar la cabeza inclinada y nos avisa si detecta algún obstáculo en un radio de un metro. O sea, lo mismo que podría hacer un amigo que ve que nos despistamos si fuésemos con él por la calle en lugar de estar escribiéndole por el móvil.