Los libertarios de Ayuso

¿Escuchan los ecos? Pues aún llega el ruido, entre los escombros, de la batalla de Madrid que amenaza de una guerra en todo este territorio doliente que llamamos España.


Decíamos el otro día que no es políticamente corrector reñirle a los que usaron una papeleta que no es la nuestra pero, también repetíamos la frase del filósofo que apuntaba que los que apoyan a corruptos, sinvergüenzas y mentirosos, se hace cómplice de sus actos. Pero es que la actualidad nos mueve otra vez a tener un ojo en lo que pasa a nuestro alrededor. Por ejemplo: el fiscal Anticorrupción acabó, para cerrar su alegato, la siguiente frase: el PP se benefició de los pagos en B y debe responder por ello. Y van ya unos cuantos miembros de la judicatura que insisten en lo mismo: muchos de los apuntes que figuran en la contabilidad de Bárcenas son reales. El mismo día las letradas que representan al Estado encuentran voluntad de engaño en el informe presentado por el partido sobre las obras de reforma en la sede de Génova.


Y esto es público y notorio y por tanto es notorio destacarlo: La corrupción no es ápice para que muchas de las personas que nos cruzamos en la calle miren para otro lado a la hora de elegir a sus gobernantes. También es verdad que la llamada “Brunete mediática” pasó de puntillas sobre la situación real de la comunidad madrileña bajo las cervezas de las que presume Ayuso como por ejemplo los desastres en sanidad, agravados con la política de privatización de Esperanza Aguirre y las carencias citadas en todos los informes oficiales en la educación pública. No es baladí añadir que en los dos años del mandato de Ayuso solo se promulgó una ley: la del suelo que ha levantado ronchas. Y mientras, en plena pandemia los “libertarios” de Ayuso de fiesta, sin mascarilla ni respeto a las leyes. Y es Ayuso, con sus gritos de libertad y cerveza la impulsora de los botellones del fin de semana que puede traer docenas de muertos. Cómo será el asunto que hasta el alcalde de Madrid y portavoz nacional del PP tuvo que decir que eso no es la libertad.


Ya no solo tienen los madrileños que cuidarse de las políticas de la derecha incivil, sino que tiene que tener cuidado con los libertarios bebedores de cerveza animados y felices –los mostró la tele– por su presidenta.

Los libertarios de Ayuso

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