Albariño

La Festa do Albariño, después de seis décadas y media de celebración ininterrumpida, se ha convertido en un escaparate de la pujanza del sector del vino no solo en Arousa, sino en toda Galicia. Su arraigo popular ha sido determinante para que miles y miles de personas reserven los primeros días de agosto para empaparse de este caldo único y dejarse llevar por los efluvios que desembocan en el llamado espíritu albariñense, un duende que contagia y que convierte a uno en defensor de por vida de la fiesta y su vino. También tiene su parte elitista, tildada de un acervo cultural que ha contribuido a darle fama internacional y a quedar inmortalizada en la prosa de los más grandes a través de pregones únicos. Un albariño bien merece un buen manjar, por lo que el Xantar también forma parte de la idiosincrasia de una fiesta única que atrae por igual a todo el mundo sin importar la condición social. El Albariño siempre ha tenido fama de ser una fiesta politizada, con la presencia de las élites y el reparto de las capas del Capítulo Serenísimo de un modo arbitrario, cuestión que con el paso de los años se ha ido suavizando para avanzar hacia un consenso.

Albariño

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