Hay algunas personas que nacen con suerte. Una de ellas, sin lugar a dudas, es el concejal de Movilidad coruñés, Daniel Díaz Grandío. En los tres años y medio que lleva en el cargo ha sido incapaz de desarrollar uno solo de los proyectos anunciados. NI cambios de líneas ni aparcamientos disuasorios, ni tan siquiera un carrilbici coherente. Su último éxito en ese particular hit-parade que protagoniza es Pocomaco. Para el edil del ramo, no hay solución y punto. Que los miles de trabajadores que acuden allí todos los días lo sigan haciendo en su coche o que no vayan. Tiene tanta suerte que aún sigue en el puesto.