De la realidad y la fantasía

Algunas teorías no merecen ningún tipo de crédito, como la del famoso Protocolo de los Sabios de Sión. Una historia inventada en la Rusia zarista por orden de la Ojrana (policía secreta). Con ella se intentaba justificar la persecución a los judíos rusos. ¡Y todavía hay personas que la creen!
Es obvio que a lo largo de la historia ha habido conspiraciones reales. Pero también es cierto que existen grupos, incluso gobiernos, que movidos por oscuros intereses, han pretendido –o pretenden– instalar en el imaginario colectivo falsas historias. Incluso hay políticos que recurren a tales métodos para justificar su incompetencia, sobre todo, cuando se ven desbordados por determinadas situaciones (políticas, sociales, económicas, etcétera). Con los modernos medios de información existentes hoy en día, muchos de ellos a disposición de gobiernos o grupos de intereses, la manipulación de las mentes se torna cada día más sutil.
A cierta información se le da incluso un “tratamiento especial”, lo cual quiere decir que se selecciona sólo aquella parte que conviene a los intereses –en algunos casos perversos. En realidad, se trata de una conspiración informativa en toda regla.  
La crisis que estamos viviendo ha dado pie para que muchas personas, bien intencionadas, hablen de poderes tenebrosos. Algunas creen que esta crisis es un invento, que no existe; otras piensan que forma parte de un plan para establecer un gobierno mundial. En la década de los 70 del pasado siglo se hablaba de la Trilateral, se decía que era un poder en la sombra. Curiosamente, cuando David Rockefeller la fundó, este señor ya participaba en otra organización no menos poderosa: el llamado Grupo Bilderberg.
La historia de este último grupo data de mediados del Siglo XX. Fundado en Leiden (Holanda, 1954), por un político polaco llamado Joseph Retinger.
Desde esa fecha se reúnen anualmente –cada año en un país diferente– unas 140 personas aproximadamente. Se dice que son las personas más influyentes del mundo. Su último encuentro tuvo lugar el pasado mes de junio en Hertfordshire (Reino Unido).
A sus reuniones asisten banqueros,  políticos influyentes, ex presidentes de gobierno, directivos de grandes multinacionales, y hasta miembros de la realeza europea –en el 2009 participó la reina Sofía. Además de asistir los dueños de importantes medios de comunicación –basta señalar que en una de esas reuniones estuvo presente el señor Juan Luis Cebrián, presidente del Grupo Prisa.
Se dice del Grupo Bilderberg que tiene el propósito de establecer un gobierno mundial. Aunque las acusaciones contra el grupo llueven por todas partes, es decir, tanto por la derecha como por la izquierda. Incluso hay personas situadas en la extrema derecha, como la activista conservadora estadounidense Phyllis Schlafly, que creen que ese grupo está promoviendo un gobierno mundial para establecer una economía planificada (socialista). Sin embargo, Denis Healy, que es uno de sus miembros fundadores, discrepa de tales afirmaciones. Dice que sus miembros están luchando por una comunidad mundial única. Y afirma que el proyecto es positivo, puesto que puede llegar a solucionar parte de los problemas que agobian al mundo.
Dice que la idea es acabar con los enfrentamientos entre los seres humanos. Es cierto que el señor Healy perteneció al socialismo fabiano durante algún tiempo, pero eso no significa necesariamente que el objetivo final del grupo sea el establecimiento de un gobierno mundial fabiano.   
De las actuaciones del Grupo Bilderberg se pueden sacar varias conclusiones, incluidas las conspirativas.
Pero hay una cosa rigurosamente cierta: todas las grandes organizaciones político-financieras, incluidas las religiosas, han intentado influir en el orden mundial. Siempre ha sido así y seguirá siéndolo en el futuro.
¿Puede un  grupo determinado tener responsabilidad directa o indirecta en esta crisis? Es posible. Aunque también eso es discutible. Al ser todas sus reuniones a puerta cerrada, es decir, secretas, levantan muchas sospechas. Y dan pie para elaborar diferentes teorías. Entre ellas las conspirativas.

 

De la realidad y la fantasía

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