DOS Y DOS SON CUATRO

En tiempos convulsos la desesperación nunca puede imponerse al raciocinio, el sentido común y la experiencia.
Hace un tiempo leía a un conocido periodista y además colega –José María Carrascal– decir la mejor definición de democracia, que a su vez, oyó de uno de los  padres  de La Ley Fundamental  Alemana (su constitución):Democracia igual a responsabilidad ¡Naturalmente!
Responsabilidad individual y colectiva, añadía  Carrascal, dado que la misma se basa en el individuo y en las instituciones que éste ha elegido para la gestión de su país.
Si se ha ejercido la profesión de marino, como en nuestro caso ocurre, en más de una ocasión se han superado serias dificultades y tempestades; las decisiones para sobrevivir a la aventura marítima –capear el temporal, se dice en la mar– nunca han sido extremas y precipitadas y siempre de  gran responsabilidad, serenidad y basadas en la experiencia.
En la historia española y sobre todo en la más corta en el tiempo  tenemos claros ejemplos de lo contrario.
En momentos difíciles como  los actuales  en los que además habrá que tomar decisiones, fundamentales para nuestro futuro en este mismo año, es aconsejable analizar los planteamientos que hacen las diversas tendencias políticas.
El gran partido en la oposición, aun teniendo en cuenta  sus discrepancias internas, suspira por la Republica, el federalismo y el final de la austeridad: más gasto público a pesar del déficit  y la deuda.
Quiero entender que no estarán pensando en nuestra II Republica pues,  por poco que se lea la historia, desde luego no es un ejemplo a seguir.  Dudosa legitimidad, atentados y asesinatos de políticos, caos de orden público, confusión, pobreza, leyes antidemocráticas, censura..., etc.
Hablando del federalismo, la opinión de expertos y catedráticos de derecho político es unánime en el sentido de que lo único que le falta a España para ser federal es el nombre. Las regiones autonómicas  españolas   tienen en estos momentos  más atribuciones que muchos  estados de un país federal.  ¿Qué se pretende entonces, intentar contentar a minorías excluyentes que jamás se van a dar por satisfechas? No olvidemos que las uniones federales buscan precisamente eso: la unión  y no “el hecho diferencial”
La prudencia es uno de los fundamentales principios contables y por mucho que se insista,el gasto continuado por encima de los ingresos  lleva a cualquier Estado a ocultar los datos reales  primero, para rozar la bancarrota después. Ejemplos no tan lejanos están en la etapa Rodríguez Zapatero o en la actual Grecia que en el año 2010 reconoció un déficit real del 12,5 % siendo el oficial del 3,7. Poco más hay que decir.
¿Se puede prometer de todo, sin apenas esfuerzo y sacrificio  en un país todavía en vías de mejora? ¿Lo pregona gente con experiencia en retos empresariales y vitales o son pura utopía de personas en el comienzo de su etapa adulta? ¿Se pueden romper  compromisos internacionales sin esperar repercusiones?
La nueva corriente de opinión en alza, comprensible por la indignación   ante la debacle económica, corrupción y falta de ética, no es sin embargo razonable por sus claros postulados  populistas cuyos resultados se pueden ver en la mencionada Grecia u otros países como Venezuela o Argentina.
Es evidente que la situación actual de España requiere todavía repuestasinaplazables, inexcusables y eficientes sobre asuntos como un desempleo sonrojante  –el mayor de los países civilizados solo por debajo de Grecia y Sudáfrica–  la completa reforma de la Administración, la seguridad jurídica y homogenización  administrativa, mayor inversión en I + D + i o la lucha contra la corrupción.
Pero también son ciertos datos significativos e inequívocos, aunque algunos no los quieran ver. Ahí están: crecimiento del  PIB, vuelta de la confianza inversora externa reflejada en la prima de riesgo, que facilita una mejor financiación; cambio de sistema productivo orientándose a  la exportación,  incremento de la confianza interna reflejada en el aumento del consumo doméstico, incipiente disminución del desempleo o refuerzo de las leyes anticorrupción
Pensado en un futuro cercano,  conocer la realidad insistiendo en la formacióne información del ciudadano es la clave para no ser víctima de  la manipulación.
Son momentos de reflexión y decisiones,  sin olvidar que la Democracia es responsabilidad y que dos y dos son cuatro.

 

DOS Y DOS SON CUATRO

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