El artículo 30 del Estatuto de Autonomía de Galicia, en su apartado 2, reserva para la Xunta las competencias de Industria en exclusiva (recalco lo de “en exclusiva”), así que alguna responsabilidad tendrá el gobierno de Alberto Núñez Feijóo en la desindustrialización de nuestra comunidad. Es más fácil culpar a Madrid cuando gobiernan “los otros” que hacer gestión, y esto lleva a situaciones chuscas, como las del PP defendiendo en As Pontes la continuidad del carbón para “garantizar una transición energética justa”, pocas semanas después de haber sacado a concurso el contrato para abastecer de electricidad a sus 1.800 edificios, exigiendo que toda la energía sea renovable y no contaminante.
En Galicia sobra suelo industrial en zonas rurales y falta en las ciudades, y no hay una estrategia convincente para atraer la industria que está naciendo, relacionada con la transición energética.