Prefiero ser un vikingo espada en mano, esperando el Walhalla o, incluso, hasta el “virgencita, virgencita, que me quede como estoy”. Prefiero la reforma de la Constitución del 15-M, a cualquiera que se mangonee en el Parlamento con un PP y un Rajoy con mayoría absoluta.
El PP y Rajoy, por las reformas que nos mangaron, y haber mentido en el Parlamento, están autodescalificados para meternos en otra reforma infumable. Me importa un carajo su “intención de reforma constitucional con amplio consenso”. Pese a que Adolfo Suárez viniera del franquismo, Rajoy no le llega a la suela de los zapatos. Suárez fue un caballero “dentro de sus posibles”, y dadas las circunstancias que todos conocemos –o deberíamos conocer–, que “abolió” el maldito y franquista Fuero de los Españoles. Y Rajoy, por muy demócrata que lo crean, es capaz de mangarnos una Constitución con concertinas. Eso sí: con su amplio consenso.