a mentalidad abierta supone una inclinación a superar el pensamiento ideológico, el pensamiento bipolar. No importa quien sea el autor de las medidas ni desde dónde vengan las soluciones: si son adecuadas, humanas y eficaces, bienvenidas sean.
La capacidad de entendimiento significa, no sólo la tendencia a abrir puertas, a tender puentes, al diálogo sincero, sino que es posible mejorar la propia posición, que es posible aprender de los demás en el diálogo. La política democrática mucho tiene que ver con el diálogo, con el encuentro, con la conciliación, con la integración de diferentes posturas o posiciones. Si se tiene mentalidad abierta y se persigue sinceramente el bienestar general de los ciudadanos, la búsqueda de soluciones es relativamente fácil. Ahora bien, cuando la primera consideración, o la única, es el mantenimiento del poder, entonces la realidad se difumina y se imponen los criterios tecnoestructurales.
La sensibilidad social, que afortunadamente ya no es hoy un patrimonio de ninguna ideología política, es una fundamental característica del espacio de centro. Desde el centro se practican políticas sociales que van más allá de la pura y dura subvención que compra voluntades, políticas que posibilitan un mejor ejercicio de la libertad solidaria, políticas sociales que permiten un desarrollo personal más genuino y libre.
Las políticas centristas son racionales. Todo se debe explicar, todas las políticas a emprender, o a criticar, pueden y deben ser objeto de estudio, de análisis. Desde el espacio de centro se hace pedagogía política sin caer en la tentación de la crítica destructiva como regla. En otras palabras, desde el espacio del centro se recomienda dedicar tiempo a formar equipos que proporcionen ideas y contenidos sobre los que basar los proyectos. La racionalidad y la contemplación de la realidad en todas sus dimensiones nos llevan da la comunicación. Para el espacio del centro la comunicación, sin ser el fin, es uno de los medios más importantes de la acción política. Una política de comunicación centrista es una política de comunicación que siempre está a la vanguardia, que lleva la iniciativa, que está pegada a la realidad, que sabe convertir los fracasos en éxitos, las crisis en oportunidades y que reconoce los errores cuando se cometen sin demoras y, sobre todo, que procura hacer llegar al pueblo mensajes inteligibles, claros y positivos.
El espacio de centro al compromiso con la mejora de las condiciones reales la vida de la gente. Es decir, el reformismo implica siempre una actitud de apertura a la realidad y de aceptación de sus condiciones. Sobre esta base, las políticas a realizar desde el centro han de caracterizarse por su moderación y su realismo político.
Es una exigencia del espacio del centro la eficiencia. Y el presupuesto de la eficiencia no es tanto la convicción política cuanto la competencia profesional, entendida ésta como apoyo, claro está, de la labor política ya que propiamente, la capacidad o competencia política excede de los límites de la simple capacidad profesional.