Sobran medallas

Cuando nos convertimos en juguetes inanimados de los sombríos políticos, ocurren estas lamentables situaciones. Cuando las risas dejan paso a las lágrimas, y estas, cristalizándose en llanto, suplantan, a la esperanza, faltan palabras que describan tanta dantesca imagen.
Iba a 180 km/h. donde marcaba el límite de 80 km/h. Un tren que nunca debió salir de la estación sin el dispositivo de velocidad adecuado. ¿Falta de revisiones técnicas? Tanta incompetencia de los responsables convirtieron al tren en un amasijo de hierros y cuerpos inertes. Una temeridad irracional que ha cerrado muchos ojos. ¿Responsabilidades? Habrá que investigar si los recortes del neoliberalismo han provocado esta tragedia.
Sobran condolencias y medallas. El silencio de los muertos ha de traducirse en mucho más que palabras de dolor. Las lágrimas, el llanto y la falta de esperanza instan, por lógica, a dimisiones al instante.

Sobran medallas

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