El faceinsulto

El reciente asesinato de la presidenta del Partido Popular de León ha vuelto a poner de manifiesto un fenómeno que ya tenía muchos y variados antecedentes desde hace un tiempo. Me refiero al mal uso de las redes sociales, confundiendo intencionadamente el derecho a la libertad de expresión con el insulto, el menosprecio o simplemente la amenaza o coacción contra el que no piensa de la misma manera. Que estos hechos se produzcan en un medio como Internet, no cambia la naturaleza de los mismos. El que insulta en una plaza comete unas injurias; el que lo hace en Facebook, también. Nuestro Código Penal ya regula las figuras de la calumnia, la coacción o la amenaza. La única diferencia es que utilizando la red se amplía el número de personas que puedan enterarse del menosprecio o la vejación injusta. Pero también nuestro texto punitivo establece una mayor gravedad para quien cometa las injurias o calumnias con publicidad. Luego ya hay respuesta penal previa a la comisión del delito. A partir de ahí los cuerpos de seguridad del Estado tienen que actuar, si bien en algunos casos es preceptiva la denuncia previa del perjudicado. Supongo que un psicólogo sabrá describir mejor que el autor de este artículo, este tipo de conductas y las causas que las provocan; pero a pesar de ello voy a caer en la tentación de hacer una aproximación al perfil de este tipo de sujetos. 
El que escribe un anónimo en una red social o en el apartado de opinión de un medio de comunicación, que para el caso es lo mismo, y se aprovecha de ese anonimato para insultar o vejar a los demás, bien sean políticos en activo o no, suelen ser unas personas muy cobardes, amén de muy acomplejadas. Posiblemente porque no están satisfechas con su vida y por ello se atreven a volcar sobre los demás sus propios miedos. Lo cierto es que en los últimos tiempos ha aumentado este tipo de comportamientos y ello es muy preocupante. Normalmente son gente de ideología de extrema izquierda, antisistema, que no admiten que gobierne el Partido Popular. Su adoctrinamiento marxista les lleva a la paradoja de justificar la violencia por la situación de desempleo de la nación; obviando que esa grave crisis del país viene después de ocho años de gobierno del Partido Socialista, en el que IU y BNG apoyaron varios PGE. 

 

El faceinsulto

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