De loable se puede tachar la iniciativa de Foro Ferrol Vivo, la Asociación en Defensa del Patrimonio de Ferrolterra y la Ruta de la Construcción Naval en defensa y promoción de la candidatura de Ferrol ante la Unesco a Patrimonio de la Humanidad. Tratan con ello, dicen, de generar entusiasmo entre la ciudadanía con el fin de transmitirla y provocar la atención del organismo encargado de la selección hacia ella. No saben ellos que la candidatura fue presentada a concurso varios años consecutivos sin que nunca llegase a manos de quienes tienen la responsabilidad de aceptar o no la admisión de los candidatos a concurso.
Entonces no se trata de una cuestión de “entusiasmo” por parte de la ciudadanía, que también, sino de hacernos merecedores, que méritos tenemos, de tal reconocimiento.
Que la candidatura de Ferrol sea reconocida como Patrimonio de la Humanidad, es una aspiración ferrolana que está muy lejos de hacerse realidad, tan lejos está que podemos calificarla de utópica.
Veamos: En 2018 la nominación le fue concedida a Medina de Azahara, este año con toda seguridad serán las Illas Atlánticas (Islas Cies) las que se harán con la preciada nominación, ya que junto con “El Vino de Iberia” son las dos candidaturas reconocidas por la Unesco en su lista provisional del 2018, luego queda la incertidumbre de quien pueda ser el siguiente nominado, pero como quiera que para las nominaciones previas solo se admiten 35 candidaturas cada año, y que en orden de prioridades
España es de los últimos países en esa lista dado la gran cantidad de bienes (1.092) que ya tiene reconocidos como Patrimonio, el Consejo del Patrimonio Histórico Español, que es quien en última instancia decide las candidaturas a presentar por España cada año entre todas las propuestas, se ve muy limitado en la presentación de las mismas y a Ferrol, por este y otros motivos, por desgracia, le queda mucho que pelear para que le sean reconocidos los méritos de su candidatura y consiga de este modo su aceptación y reconocimiento y sea nuevamente incluida entre las preseleccionadas primero y como finalista provisional después
Ferrol después de 14 años persiguiendo la nominación como Patrimonio de la Humanidad, solo una vez el 27-4-2007, consiguió que su candidatura fuese presentada ante la Unesco y la desestimación de la misma en aquella ocasión fue plenamente justificada y de ello la organización supranacional hizo conocedores a los promotores y, por ende, a los gestores del expediente deben ser también conocedores de los impedimentos surgidos y en base a ellos deberían actuar en consecuencia efectuando las correcciones y/o mejoras necesarias para que de una vez por todas, en un futuro, sea atendida nuestra candidatura. En el resto de las ocasiones el expediente ya no pasó el primer filtro que debe superar quedando el mismo relegado al olvido en algún “cajón” del departamento correspondiente.
Estas dificultades no deben ser un inconveniente para seguir presentando nuestra candidatura, ya que son pocas las que en el ámbito cultural tienen unas características tan merecedoras de la nominación como la ferrolana. Entretanto, pulir y mejorar en lo posible el expediente y, hecho esto, seguir presentándolo, lo que sería una buena práctica, a ver si así, a lo mejor, algún día suena la flauta.