Se habla sobre la posibilidad de una rebelión interna contra Pedro Sánchez. Incluso se sugiere una operación en marcha para reprobarle con el apoyo de la mitad más uno de los miembros de la Ejecutiva, lo cual daría lugar a la creación de una gestora cuya primera decisión sería facilitar la investidura de Rajoy. Estamos ante una maniobra del sector crítico del PSOE que se filtra a los medios a fin de debilitar públicamente la posición del líder socialista. Puede lograr ese objetivo. Pero el de descabalgar a Sánchez mediante esa reprobación que nunca se va a llevar a cabo porque está condenada al fracaso.
El sector crítico no dará ese paso. Los números no le salen a quienes lo filtran como único medio de abolir el obstruccionismo del PSOE a la gobernabilidad. Y además saben que llevarlo a cabo supondría negarse a sí mismos, pues están tan comprometidos como su secretario general en el “no es no” al PP. La posición fue adoptada por unanimidad por el Comité Federal como depositario de la voluntad soberana de la militancia y responsable máximo en política de pactos.
Los rumores sobre una inminente caída de Sánchez y la creación de una gestora forman parte de la agitación interna y responden a maniobras del sector que siempre cuestionó a Sánchez, pero hacen mucho daño a la imagen del PSOE y plantean una pretensión inviable. Reparemos en el anonimato de estas filtraciones. Vemos detrás a dirigentes regionales del llamado sector crítico, pero nadie habla de los barones afines a Sánchez. Y en cuanto a los primeros, van con careta y silenciador.