Parece ser que Pablo Iglesias dijo de su programa de gobierno que “el documento es un work in progress”. Estas cosas dichas tan finamente en inglés tienen una traducción sencilla: el documento se puede mejorar y hasta cambiar por otro que cuadre más y mejor para conseguir el único objetivo que parece mover a los del partido morado: tocar poder aunque sea a costa de sueños imposibles, de cuentas que no cuadran, de promesas que no se van a cumplir y de otras que más vale que no se cumplieran porque ya no las defendería ni un comunista mínimamente moderno. Decía Asterix su famosa frase: “Estos romanos están locos” y cada vez que oigo demasiadas cosas de estos chicos, me pregunto si no están locos estos de Podemos.
Es que leído su “work in progress” con detenimiento y tras admitir que el “progress” se rehace cada día eliminando, suavizando y hasta contradiciendo ideas que se habían dado como fundamentales, la cosa no tiene ni pies ni cabeza desde una mentalidad democrática y en un país que pertenece a la UE y en una Europa que juega un papel importante en un mundo global.
No se entiende la fascinación de muchos colegas con Podemos cuando sus líderes se han cansado de repetir una y otra vez que la existencia de medios de comunicación en manos privadas son un atentado contra la democracia: “Lo que ataca a la libertad de expresión es que existan medios de comunicación privados” (Pablo Iglesias a Ana Pastor). Y no se trata de arrimar el ascua a mi sardina, es que los medios son indispensables en una sociedad libre y uno, que trabajó como otros muchos en la prensa del franquismo, sabe de lo que habla; y los que no vivieron esa época no tienen más que echar un vistazo al diario cubano “Gramma” y leerlo con ojos objetivos o recordar aquella “democrática” decisión del tan por ellos llorado Hugo Chávez cuando ordenó el cierre de Radio Caracas Televisión y otros cuatro canales internacionales porque no habían transmitido su discurso. Luego cerró, ya puestos, 33 emisoras de radio. Todo claro en favor de la democracia y la libertad de expresión.
En fin, un buen principio. Pero ay si solo fuera eso lo que discurre por el pensamiento podemita esté o no en el “work in progress”. Es que realmente creen que la justicia debe ser afín al Gobierno aunque ante la escandalera suscitada lo haya intentado matizar; es que creen que con buena voluntad y subiendo impuestos a los ricos harán de las clases medias un paraíso y lo ven tan fácil que ni siquiera hacen caso Vidal-Folch que les advertía haces unos días que “las cuentas de Podemos no cuadran” y concluía de una forma tajante y clarísima: “Duplicar recaudaciones en tres ejercicios y medio: brindis al sol”.
Pues nada; ahí siguen compañeros y amigos creyendo que todo es posible sin querer mirar lo que está pasando en Grecia y ahí sigue el líder del PSOE que no sabe qué hacer, con qué carta quedarse y para colmo sale el PP ofreciendo vicepresidencias a todo hijo de vecino mientras que, para que no decaiga, el consejero catalán de Asuntos Exteriores, Raúl Romeva, va y envía una carta al presidente del Parlamento Europeo pidiéndole, en calidad de “ministro de Asuntos Exteriores, Relaciones Institucionales y Transparencia del Gobierno catalán...”. De verdad... qué desastre.
Me arrepiento de lo dicho en el primer párrafo: no sólo es Podemos, habrá que convenir en que estos políticos, todos, están locos. Qué vergüenza.