Tengo encima de la mesa “Calendaria 2017”, el almanaque editado por la Unidad de Igualdad de la Universidad de Granada –UGR– que cambia el género de los meses del año y los presenta en versión femenina: “enera, febrera, marza, abrila…”, así hasta “diciembra”.
Cada mes incluye una fotografía que reivindica la igualdad de la mujer “desde diferentes miradas para dar respuesta a la desigualdad que vive nuestra sociedad y a la violencia de género que ocasiona”, objetivo de la peculiar iniciativa liderada por Miguel Lorente, director del área feminista de aquella institución.
Nada que objetar, personas e instituciones puede promover lo que tenga a bien respetando siempre a los demás. Lo asombroso –y preocupante– es que personal dirigente de la UGR piense que este “calendaria” contribuye a la defensa de la igualdad y a erradicar el acoso, la violencia o discriminación laboral y salarial que sufren las mujeres.
El periodista andaluz Javier Caraballo dice que “el calendario delirante editado por la Universidad de Granada no es una forma de concienciar a la sociedad sobre la defensa de la mujer, es la deformación ridícula de esa defensa. ¿Cómo puede nadie pensar que por llamar “enera” a enero se ayuda a la igualdad?”.
Que se sepa, la Unidad de Igualdad de la UGR no acudió en defensa de las dos profesoras y una becaria de la vecina Universidad de Sevilla que en 2011 denunciaron el acoso de un catedrático condenado ahora. Eran víctimas de la prepotencia masculina que, desde su posición de dominio, destrozó sus vidas personales y cortó sus carreras profesionales por no someterse a sus delirios machistas.
Tampoco denunció esa Unidad el ninguneo histórico que padecen las mujeres en empresas e instituciones, ni emprendió acciones contra la desigualdad que se mantiene en el ámbito académico, seguro que también en la Universidad de Granada.
La igualdad de género no se defiende con el “feminismo de salón”, sino con el compromiso y la lucha diaria contra los atentados a la dignidad de las mujeres y con denuncias cuando estos se producen. Pero “en la sociedad del espectáculo lo importante es llamar la atención”, dice la escritora Carmen Posadas y los promotores-autores de este almanaque consiguieron su minuto de gloria.
“Hay gente pa tó”, volvería a decir El Gallo y seguro que Luis Carandell incluiría el “Calendaria 2017” en el “museo de papel” de su Celtiberia Show. También encaja en las mascaradas de estos días del entroido.