El Gobierno en funciones, ya pasadas las elecciones generales, nos sorprendió con un hachazo fiscal que pagaremos todos. Las cuentas son muy claras. Los ricos son el 0,5 por ciento de los contribuyentes, unos 90.000; y las empresas grandes en este país, muy pocas. Así que desengáñense, la mayor recaudación (casi 6.000 millones) prevista para este año y hasta 26.000 millones hasta 2020 será a cargo de todos, ya que pagaremos la subida del diésel, las transacciones financieras, los productos tecnológicos y demás. Pero, además, como esto no será suficiente y son ingresos que no se cree nadie, ningún organismo nacional o internacional, subirán otros impuestos. De hecho, ya han anunciado el de matriculación y tracción mecánica. Sin olvidar que también han anunciado un alza de las cotizaciones sociales que es lo mismo que decir los costes al trabajo.
Ahora estamos metidos de lleno en la campaña para las elecciones municipales, autonómicas y europeas del 26 de mayo y ya están los socialistas anunciando subidas de impuestos. Por ejemplo, en Madrid, donde hace años que se bonificó prácticamente al cien por cien el Impuesto de Sucesiones y Donaciones y el de Patrimonio, ya ha anunciado el candidato del PSOE que esto dejará de ser así. La excusa es que hay que contribuir más, como si lo que ya pagamos no fuera un auténtico saqueo. Cuando el señor Gabilondo, si logra ganar las elecciones y gobernar Madrid, suba los impuestos y constate que recauda menos, ¿qué hará?
Ya es un clásico, está más que demostrado que subir impuestos no es siempre sinónimo de recaudar más. Miren si no Portugal. Acaba de bajar los impuestos para las fortunas o jubilados que se quieran establecer en el país. También el IVA de la luz. Se han vuelto locos o se han dado cuenta de que de esta forma atraen capitales y empresas. En el país vecino, incluso, se están peleando por bajar el gasto público. Tomen nota, porque un gobierno de izquierdas sin contrapesos autonómicos y municipales, nos llevará de nuevo a la bancarrota. Ahora ni siquiera tenemos un margen para subir la deuda, que ya roza el cien por cien de PIB.