Fueron sesenta y cuatro militares españoles (familias aparte). Eran gente de reconocido valor, sentido del deber y obediencia, y un estricto concepto del respeto y el honor. Algo que a ti te falta. Por eso los metiste en un avión de transporte de ganado. Porque para ti solo eran carne de cañón. Incluso los devolviste despiezados, mezclados sin respeto alguno. Como si fueran canales de ganado para elaborar hamburguesas, longanizas, o pienso para perros. ¡Total, eran carne de cañón, carne muerta! Además, nadie abriría los embalajes en el último trámite. Seguro que la cosa quedaba ahí. Pero no quedó, porque todavía hay personas con valores humanos. Algo que también te falta. Ahora puedes preparar tu paso a la empresa privada. Quizá la gerencia de una fábrica de ataúdes sería adecuada para tus aptitudes. Estás puesto en la materia, acreditas conocimientos y experiencia. ¡Qué suerte neno! No te faltarán ofertas de trabajo.