Bulos, delitos y otros males

Los alegres chicos de Vox recurren otra vez  al bulo para ganar espacio en los medios de comunicación. Y es que ni Santiago tenía un caballo blanco, ni la Virgen del Pilar hizo la mili con la tropa aragonesa, ni existió Viriato.  

Y es mentira que los niños de cero a seis años se monten un trío en plan orgiástico.  Este último caso, lo del pin escolar, se presenta con unos videos grabados en Brasil y Canadá haciéndolos pasar por grabaciones filmadas en este país. Tal vez convenga añadir que el trabajo “sucio” es de  un grupo ultra llamado Citizan G que en España se presenta bajo el nombre de Hazte Oír conocido por apadrinar un autobús donde se explicaba que los niños tienen pene y las niñas vulva.

Ahora se une la Iglesia –cabreada con el gobierno por declarar no evaluable la asignatura de religión– asegurando que el permiso debe pedirse solo en la escuela pública que ellos tienen su ideario con el beneplácito de los padres.

Pero nos amenazan otros males: el gobierno declaró la emergencia climática y la ciudadanía manifiesta un día sí y otro también que gran parte del  vive en una emergencia permanente pues  el señor Mariano Rajoy nos dejó con un paro preocupante, retroceso industrial y científico; el aumento de la desigualdad y la exclusión y, ay, el problema catalán al que se une hacer frente al recorte millonario (que pagará Pedro Sánchez y su gobierno) que dejó la política marianista en la atención sanitaria a los presos y que alcanza los cien millones de euros, según informes de última hora. Del déficit en la sanidad pública no hay más que ver lo que sucede en Galicia. 

Por cierto el ciudadano Mariano Rajoy ha conseguido el chollo de su vida –luego de los chollos anteriores– con una soldada de mil quinientos millones al año por repartir el trabajo entre los Registradores. 

Y dicen en “Marca” que fue tentado para enfrentarse a Rubiales en la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol. Así que los alcaldes eligen a los ciudadanos y los futboleros postulan a Mariano. El caso es que, pese a eso, no se rompe España. 

Se rompió el PP con el asunto del pin. Y entre los “rebeldes” a Casado se encuentra nuestro presidente que ya, como en otras ocasiones,  esconde al pájaro –la antigua gaviota– no le vaya a salir rana.

Bulos, delitos y otros males

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