Uno no se cansa de ver como los políticos, sean del signo que sean, intentan siempre llegar al cenit de la sapiencia partidista a base de experimentos hechos con gaseosa.
Las hemerotecas están llenas de ellos. La gran mayoría de las intentonas han sido siempre mirando más por los intereses particulares que por los generales de la colectividad. Son los que montan un partido político que lo único que tiene es su inscripción registral en el Ministerio, con la finalidad de ser bisagra y mandar en un Concello o una Comunidad Autónomas, dejando también el camino abierto a una posible Diputación.
Me extrañaba mucho que, en la canícula de agosto que estamos soportando, no saliera al paso algún avezado político intentando dejar su impronta para que los votantes se fijen en él, o en ellos, y comiencen a dar vueltas a la posibilidad de que les puedan otorgar con su intentona unir colectivos de políticos y expolíticos que tanto añoran la poltrona y que están más desparramados que el gasóleo de los barcos cuando limpian sus fondos en altamar.
La última intentona de enganchar en el amplio mapa de las siglas políticas nos llega de tierras asturianas con reminiscencias andaluzas aunque afincadas en la capital del Reino. Dos hombres que tuvieron su peso político, también de forensía y judicial en otros tiempos, han sumado fuerzas para engendrar un colectivo –es así como le llaman– , con el nombre de Actúa que busca aglutinar opiniones, pareceres e intereses políticos para luchar contra el dragón que en este caso es el Partido Popular.
El político en activo, Gaspar Llamazares, que ha dado muchas vueltas desde que dejó su trabajo en la Facultad de Medicina de Santiago, y Baltasar Garzón, al que una sentencia lo retiró de la judicatura por prevaricación, se han unido para no sabemos qué e intentar la Reconquista desde las tierras asturianas como en su día hizo don Pelayo y utilizando piedras por falta de otro armamento…
Insisto, los experimentos con gaseosa van bien para mezclar con los vinos tintos y peleones. El político y el abogado, ambos en activo, poco me pueden ofrecer, prácticamente nada, únicamente intentar engañarnos con la bandera que usan todos los arribistas y buscadores de notoriedad que dicen hacerlo al servicio de los demás pero buscando el suyo propio, y ejemplos de ello nos sobran en las filas podemitas.
La jubilación en muchos casos debería llegar no por la edad sino por el número de neuronas que algunos tienen en su cerebro. Y hay políticos y expolíticos que tienen muy pocas.