Hasta ahora, los responsables económicos del Gobierno se dedicaban a premiar a quienes peor hacían los deberes. Es decir, aquellas comunidades que disparaban el gasto e incumplían el déficit terminaban viendo cómo la deuda se les perdonaba. Mientras tanto, para aquellas poquísimas comunidades que cumplían con el guion, como es el caso de Galicia no había nada. Incluso se podría decir que menos que nada, ya que no les permitían reinvertir su superávit en los campos que ellos consideraban. Y, por lo menos, en esto han dado marcha atrás los de Pedro Sánchez, ya que, al final, dejarán que Galicia destine los 125 millones de su superávit a Educación y Sanidad. Una inyección económica que vendrá muy bien en ambos terrenos, muy sacrificados durante los años más duros de la crisis.