Unas cifras que ya se esperaban

no había ni un resquicio por el que se colara algo de esperanza. Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) han sido, como no podía ser de otro modo, demoledores. En marzo se han destruido 285.000 empleos y hay cerca de 600.000 personas afectadas por un ERTE. Y todo esto teniendo en cuenta que los datos que ofrece son trimestrales y que el estado de alarma apenas afecta a las dos últimas semanas del período. Hay que remitirse a 2013, en plena crisis económica por la burbuja inmobiliaria, para encontrarnos con unos datos tan desastrosos. Y el problema es que lo peor todavía está por llegar, ya que, por mucho que se levante ese estado de alarma, la realidad, según señalan los expertos, todavía tardará mucho tiempo en instalarse en las economías más afectadas y, por supuesto, España está entre ellas. Tenemos que estar preparados para cifras todavía mucho más demoledoras.

Unas cifras que ya se esperaban

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