Miura se llama una de las más prestigiosas ganaderías de reses bravas, pero también un futbolista japonés que debe estar hecho un toro, porque a los 52 años ha renovado con el Yokohama. Miura, la estrella del fútbol de su país en los noventa, se marchó a los 15 años a Brasil con la ilusión de ser profesional y lo consiguió, pues jugó en equipos como el Santos y el Palmeiras. En esos campos y en esa época empezaba a despuntar otro buen morlaco, Mauro Silva, que ya cumplió 51 años. Con la falta que le hace al Deportivo buenos centrocampistas no estaría mal convencerlo para que reapareciese. Problema de edad no va a ser. Pero no van por ahí los tiros: ahora el objetivo es que en vez de pisar el césped, pise moqueta; un grupo de empresarios pretende lanzarlo hacia la presidencia del Deportivo. Toda la vida pensando que Bebeto era Dios, como atestiguaba la pancarta que los Blues colgaban cada domingo en Riazor y a ver si al final va a resultar que Dios era Mauro.