as instituciones europeas han dado un ejemplo a todos los ciudadanos con un acuerdo ambicioso para salir de la crisis, que es una ayuda muy importante, especialmente para los países del sur. Los lideres europeos han demostrado que se puede negociar desde posiciones absolutamente opuestas y llegar a acuerdos que dejan satisfechos a todos, incluso con una cierta insatisfacción general. Eso es la política. Europa tiene muchos deberes pendientes para de verdad ser una Unión Europea, pero algo es algo. En lo que se refiere a España, las cesiones son muy importantes, aunque habrá que leer con calma la letra pequeña y, en todo caso, gran parte del dinero que vamos a recibir hay que devolverlo. Y la aplicación del resto deberá ser transparente porque hay que rendir cuentas de en qué se van a utilizar.
No podrá hablar nuevos “Planes E “, como los de Zapatero. No podrá haber determinadas reformas, como la laboral, y sí habrá que hacer otras. Y eso puede hacer estallar las costuras del Gobierno. Además, los fondos europeos son para 2021 y 2022 y nos queda por pasar un largo, caliente y duro otoño, con un aumento del paro, del gasto social, cierre de empresas y con un crecimiento exponencial del déficit y de la deuda pública. Y con Podemos subido en el cogote de Sánchez. Casi simultáneamente, el Congreso ha aprobado algunas de las propuestas de la Comisión para la Reconstrucción, con el apoyo del PP y de Ciudadanos -tras modificar el Gobierno su veto a las ayudas a la concertada- y ha rechazado otras, las socioeconómicas, porque los propios socios de investidura de Sánchez e Iglesias se han opuesto. Mala señal o reiteración de la debilidad de este Gobierno, cuyos apoyos –unas veces los independentistas, otros los interesados nacionalistas del PNV, otros los herederos de ETA– están siempre en cuestión.
Ahora viene la elaboración y negociación de los Presupuestos del Estado. Algunos opinan que la inyección económica europea facilita su aprobación. Tengo dudas. Si Sánchez e Iglesias mantienen su programa y necesitan el apoyo de sus socios de investidura pueden poner en riesgo los fondos europeos.
La verdadera solución pasa por un entendimiento entre Sánchez y Casado, una negociación tan dura como la europea sin levantarse de la mesa, generosidad por ambas partes y un mensaje a Europa de que España sí quiere hacer los deberes con rigor y responsabilidad. Es muy difícil si Sánchez no habla con Casado -no lo hacen desde primeros de mayo- y si Casado no hace ningún gesto de acercamiento. ¿Eso significaría el fin del actual pacto de Gobierno? Sánchez debe decidir con quien quiere reconstruir España. Europa no da nada gratis. Hay que hacer grandes reformas y hay que defender la Constitución. Y eso solo se puede hacer si PSOE y PP llegan a acuerdos de Estado. ¿Lo harán? ¿Tendremos Presupuestos o prorrogaremos otra vez (¡) los de Rajoy-Montoro?
PS.: Se ha sabido ahora que 59 víctimas del coronavirus en Madrid no han sido reclamadas por nadie y serán enterradas con cargo al Ayuntamiento. Es difícil pronunciarse sobre el desamparo, la soledad y la indiferencia que, en medio de esta gran solidaridad que ha provocado el coronavirus, están vivas en nuestra sociedad. Esta sí que es una reflexión urgente para adoptar medidas que sirvan para no dejar solo a nadie. Ni a mayores, pobres o migrantes. A nadie. Es un indicador de la sociedad que estamos construyendo. No son personas vulnerables, son personas vulneradas.