abemos que desde que vino la democracia no se aplicó la norma contra la usura. Entre los partidos y los bancos han tejido leyes que han beneficiado a ambos y que muchos jueces no entienden y otros si como quedó demostrado con la sentencia firme que sentó jurisprudencia del Supremo, que increíblemente fue convocado en el plenario celebrado el 5 y 6 de Noviembre a toro pasado para anularla, cosa que varios magistrados afirmaron que no podían revocarla, lo único que podían hacer es como aplicarla, pero el Tribunal Supremo después de 16 horas de debate por 15 votos a favor para que no paguen de los bancos, y 13 a favor de la sentencia firme que no paguen los clientes y paguen los bancos por registrar a su favor las hipotecas como hacemos nosotros cuando registramos una propiedad a nuestro nombre.
Ya sabemos que el poder económico manda y los bancos son grupos de presión y bebedero de poderosos ególatras que consiguen paralizar y poner todas a las instituciones democráticas a su único servicio! Pero lo que faltaba!, que el Tribunal Supremo diera un giro copernicano para darle la puntilla a la poca credibilidad de la que goza la justicia y anteponer los intereses de los bancos a los de los ciudadanos al anular la sentencias justas que dictaron magistrados doctos y éticos en materia tributaria demuestra que el alto Tribunal no nos respeta y nos toma por tontos.
Las distintas salas del Supremo funcionaron con normalidad hasta la famosa Sentencia, (hay tres, y dos sin notificar) que no le convino a los bancos consiguiendo que el Supremo se quede en un ridículo espantoso que impactó en la opinión pública, pero una vez más los bancos desviaron el cauce legal del río hacia su particular finca consiguiendo que fuera anulada la sentencia firme que sentó jurisprudencia.
Tal aberración fue reconocida por el Presidente del Supremo Sr. Lesmes pidiendo perdón por tan irresponsable proceder de una institución que debiera ser el sancta sactorum de nuestro Estado de Derecho, imprescindible para hacer efectiva una democracia real que tanta falta hace. La justicia no la desprestigió el pueblo, la están desprestigiando los prebostes que votamos metiendo la nariz en la justicia, no para mejorarla, sino para librarse de sus fechorías de políticos que manejan los partidos eligiendo el reparto de afines en los órganos judiciales, lo mismo que hicieron con los órganos administrativos de las cajas de ahorros que para acabar con ellas lo mismo que están haciendo con la justicia visto los resultados.
El Presidente del Supremo para justificar la chapuza de los 15 magistrados que votaron a favor de los bancos, dijo que la Ley no está clara, ¿pero no se dio cuenta que estuvo clara para sus 13 compañeros magistrados que votaron a favor al entendieron perfectamente Ley para que paguen los bancos, y no los clientes?
Estos hechos producen zozobra y causan alborotos sociales. Así vamos camino del Tribunal de Estrasburgo que ya anulo más de mil sentencias de los tribunales españoles. En eso no tomamos ejemplo de nuestro entorno. Cambien ya, cambien ya