rasputín, el de verdad, debía de ser muy bueno en lo suyo, porque, sin programas cartománticos en las madrugadas televisivas donde aprender, fue capaz de hechizar a la zarina Alejandra. Vamos, que era un self made man, un hombre hecho a sí mismo. Rasputín el de mentira, el de Teis, es decir, Iago Martínez, tiene, en cambio, la ventaja de las teles, a las que debe de ser un adicto, pues es un maestro de las artes esotéricas. A Xulio Ferreiro, el Varoufakis de A Gaiteira, lo tiene totalmente alienado, tanto que ha conseguido que ordene redactar los estatutos del consorcio que gestionará los terrenos del puerto. Es más, el alcalde asegura que ya tiene esos papeles en el despacho, que es posible, pero sabiendo que con demasiada frecuencia se trabuca, puede ser que se haya confundido otra vez. Ahora bien, lo que no es un error, sino una parvada descomunal es pensar en unos estatutos y en un órgano de gestión de unos terrenos sobre los que no se tiene competencia. Cualquier día les da por imponer a Proxecto Cárcere, con el que no tiene nada que ver, sus normas internas de funcionamiento. FOTO: ferreiro, cariacontecido y martínez, exultante | aec